Las fugas en una piscina se producen por un uso constante o un mal uso, el paso del tiempo o la acción de agentes climáticos, entre otros factores.
La primera forma de detectar que nuestra piscina tiene una fuga es con el nivel del agua. Es normal que, en verano, baje alrededor de tres centímetros a la semana.
"Si se pierde más agua de lo esperado, estamos ante una fuga"
Además del método de la observación del agua, hay otros para saber si existe alguna fuga:
Uno, por ejemplo, es poner un cubo en la escalera de la piscina al nivel del agua, esperar unos días y ver si ha descendido.
Durante la observación, debemos fijarnos en el nivel de pluviosidad, ya que pueden darnos resultados erróneos, además de los ciclos de limpieza en los que se desechan unos 125 litros de agua.
Una vez que hemos confirmado que hay una fuga, el siguiente paso es la reparación de piscinas.
Debemos localizar bien de dónde procede dicha fuga.Si está en el vaso de la piscina, con un sellador debe de ser suficiente para repararla, por lo que no hará falta vaciarla.
El problema es mayor cuando esta se localiza en el sistema hidráulico.
Para saber si el problema se halla en el sistema hidráulico, podemos poner presión en el sistema de impulsión para saber si, por medio de manómetros, el agua está disminuyendo.
La reparación de fugas de piscina
no es un problema extraño.
Solo hay que confiar en los expertos para volver a disfrutar la piscina,
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