La piscina integrada en el entorno es una alternativa si quieres que esta sea una parte más de tu vivienda o edificio y que no desentone con el conjunto.
Te explicamos cuáles son las principales características y las distintas clases que existen.
Una de las características de las piscinas integradas es que se fabrican con materiales de buena calidad.
El objetivo es que las piscinas perduren, de manera que por ello, solo se edifican en terrenos compactados durante más de diez años.
Otra característica que destacar es que las piscinas integradas pueden tematizarse, aunque para ello es conveniente que no te desvíes de la filosofía del edificio principal. No en vano, has de tener presente cuál es el proyecto base.
El tercer aspecto que hay que destacar es que este tipo de piscina es cómoda para el bañista.
Por ese motivo, se incorporan elementos desinfectantes alternativos al cloro para ganar en la calidad del agua. Mención especial merece, en este sentido, el uso de la electrolisis de sal como alternativa efectiva.
Las piscinas integradas destacan, además, por las garantías que aportan.
Hay una serie de certificaciones que atestiguan un trabajo bien hecho y que nos permitirán reclamar en caso de alguna incidencia.
Somos conscientes de la importancia de dar garantías al cliente y este tipo de construcción las puede proporcionar.
Como principio general, las piscinas integradas están cerca del edificio principal.
La idea es que no haya una distancia superior a los diez metros, salvo excepciones. Esto es así porque resulta mucho más fácil el mimetismo con el entorno, se aporta seguridad si hay niños y es menos costoso para el cliente.
Otra de las características que no podemos obviar es la facilidad de mantenimiento y limpieza. Cuando una piscina está integrada, no necesitaremos utilizar productos distintos para la limpieza y eso, a medio plazo, nos facilita, y mucho, el trabajo.
Finalmente, hay que indicar que, en muchos casos, es más fácil conseguir los permisos rápido porque se utilizan materiales que no requieren autorizaciones especiales.
En consecuencia, esta es una alternativa interesante si no quieres perder mucho tiempo en el proceso.
Las piscinas pueden ser, bien para nadar, con medidas de 12x2 metros, bien para bañarse, con tamaños distintos, pero por lo general, de 6x3 u 8x4 metros sería suficiente.
Los materiales pueden ser hormigón, madera, piedra y arena, entre otros.
Si tienes interés en construir una piscina integrada en el entorno para tu vivienda o edificio, te animamos a que visites nuestra web o te pongas en contacto con nosotros.